Familia Borbon y Ortiz
domingo, 30 de septiembre de 2012
sábado, 15 de septiembre de 2012
viernes, 14 de septiembre de 2012
martes, 11 de septiembre de 2012
Carta a la princesa.
Esta es una carta que un padre le escribió a la princesa, salio publicada en un periódico hace tiempo.
Gracias, Princesa
Gracias, Princesa. Soy padre de una niña que está enferma de cáncer, un cáncer violento y horrible. Llevamos mucho tiempo en el...
Soy padre de una niña que está enferma de cáncer, un cáncer violento y horrible. Llevamos mucho tiempo en el Hospital Niño Jesús de Madrid luchando para que mi hija no se muera. Quien haya pasado por esto, sabe de lo que hablo. Quien no lo sepa, que dé gracias realmente por no conocer el horror. La razón por la que escribo esta carta es la siguiente: por dignidad, porque soy un ciudadano español (perdón si este término suena a derechas o a izquierdas, yo sólo soy una persona) y porque considero que debe conocerse este hecho.
Ocurrió pocos días antes de Nochebuena. Una mañana de tantas en el hospital, una de las supervisoras nos preguntó a varios padres si tendríamos inconveniente en quela Princesa de Asturias nos viniera a saludar. Le
dijimos que no. Y así fue, llegó Doña Letizia Ortiz, nos saludo amablemente a
todos (casi pidiendo perdón por creer que podría molestar) y se centró en un
grupo de niños, entre ellos mi hija. Fue sencillamente maravillosa con todos
ellos. Cariñosa y simpática. Y durante toda la mañana saludó a todos y cada uno
de los pequeños pacientes de la planta de oncología infantil del hospital. Con
la misma sonrisa y con un amor enorme a todos los niños y a unas familias que
estamos pasando por un calvario. Y podrán decir ustedes: bueno, y eso para qué
sirve. Quien se haga esa pregunta no sabe lo que es tener un hijo enfermo, Sólo
les diré una cosa: mi hija fue inmensamente feliz con esa persona llamada
Letizia. Y sólo por las lágrimas de emoción de mi hija, por cómo miraba a la Princesa de Asturias
mientras ella bromeaba para hacerle sonreír, para disfrutar de esa sonrisa cada
vez más apagada, mientras se interesaba por sus dibujos, por la vida, por los
sentimientos de mi niña, sólo por eso, yo les digo que el trabajo que hace la Princesa de Asturias
merece la pena. Calladamente llegó al hospital y calladamente se fue. Por la
puerta principal, sin más historias; sin prensa, sin estridencias. Y he
esperado todos estos días para comprobar, una vez más, que lo bueno no se sabe:
No sé de monarquías ni de repúblicas, soy un ciudadano de mi tiempo, atento a
lo que ocurre en mi país; leo periódicos, veo la tele, escucho la radio. Y sé
lo que se dice de ella, pero todo lo que digan da igual. Compartir su tiempo a
nuestro lado, el cariño que trasmitía su mirada hacía nuestros hijos, la
determinación y el coraje con los que afronta las situaciones que le ha tocado
vivir a esta persona, merecen un respeto. Y yo se lo quiero otorgar con estas
palabras. Gracias, Princesa.
Carlos Sánchez
Gracias, Princesa. Soy padre de una niña que está enferma de cáncer, un cáncer violento y horrible. Llevamos mucho tiempo en el...
Soy padre de una niña que está enferma de cáncer, un cáncer violento y horrible. Llevamos mucho tiempo en el Hospital Niño Jesús de Madrid luchando para que mi hija no se muera. Quien haya pasado por esto, sabe de lo que hablo. Quien no lo sepa, que dé gracias realmente por no conocer el horror. La razón por la que escribo esta carta es la siguiente: por dignidad, porque soy un ciudadano español (perdón si este término suena a derechas o a izquierdas, yo sólo soy una persona) y porque considero que debe conocerse este hecho.
Ocurrió pocos días antes de Nochebuena. Una mañana de tantas en el hospital, una de las supervisoras nos preguntó a varios padres si tendríamos inconveniente en que
Carlos Sánchez
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